martes, 9 de septiembre de 2014

Cambia tu mal carácter!



Algunas personas dicen que tienen mal carácter cuando tienen un problema con el manejo del enojo o la ira. La mansedumbre, que es lo contrario de la ira, es solo una de las 49 cualidades que determinan el carácter. 

El   ca•rác•ter se define como los valores internos que  determinan las acciones externas. Cambiar el mal carácter debería entonces ser una meta mucho más profunda que solo querer modificar un área específica. CharacterFirst, ha desarrollado una lista con las 49 cualidades que desarrollan el carácter.

Al igual que el brillo de un diamante, el éxito en todas las áreas de la vida será mayor si cultivas todas las facetas del carácter. Cuando las imperfecciones se corten o se pulan, podrás alcanzar tu potencial pleno.

Te sugerimos los siguientes 3  pasos para que empieces esta emocionante aventura: cambiar desde adentro. Al final de la lista de las 49 cualidades podrás encontrar otros recursos complementarios.

1.- Enfatiza
  • Estudia las cualidades
  • Profundiza en ellas
  • Usa recordatorios
  • Hazlas tu estilo de vida
2.- Exige
  • Eleva el estándar
  • Corrige el mal carácter
  • Evalúa tu vida
  • Lidera con tu ejemplo
3.- Reconoce
  • Busca lo bueno en otros
  • Elogia oportunamente
  • Usa ejemplos reales
  • Describe los beneficios.

Lista de las 49 cualidades para cultivar

Ahorro vs. Despilfarro
No gastar ni permitir que otros gasten innecesariamente

Atención vs. Distracción
Mostrar el valor de una persona o tarea, concentrándome totalmente en ella

Benevolencia vs. Egoísmo
Dar para las necesidades básicas de otros sin esperar una recompensa personal

Bondad vs. Aspereza
Mostrar consideración e interés personal por otros

Cautela vs. Impulsividad
Entender la importancia del momento oportuno para realizar acciones correctas

Compasión vs. Indiferencia
Invertir lo que sea necesario para aliviar el dolor de otros

Confiabilidad vs. Volubilidad
Cumplir con lo que acordé hacer, aun cuando exija sacrificios inesperados

Contentamiento vs. Codicia
Reconocer que la verdadera felicidad no depende de las condiciones materiales

Creatividad vs. Conformismo
Ver una necesidad, una tarea o una idea desde una perspectiva nueva

Cuidado vs. Descuido
Estar consciente de lo que sucede a mi alrededor para responder correctamente

Deferencia vs. Descortesía
Limitar mi libertad con el fin de no ofender los gustos de quienes me rodean

Determinación vs. Indecisión
La capacidad de reconocer factores clave y finalizar decisiones difíciles

Diligencia vs. Pereza
Invertir mi tiempo y energía para desempeñar las tareas que se me asignen

Discernimiento vs. Imprevisión
Entender las razones profundas de lo que sucede

Discreción vs. Simpleza
Reconocer y evitar palabras, acciones y actitudes que pudieran traer consecuencias indeseables

Disponibilidad vs. Egocentrismo
Hacer que mi propio horario y prioridades sean secundarios a los deseos de aquellos a quienes sirvo

Dominio propio vs. Desenfreno
Rechazar deseos indebidos y hacer lo que es correcto

Entusiasmo vs. Apatía
Mostrar gozo en cada tarea haciendo el mejor de mis esfuerzos

Esmero vs. Negligencia
Saber qué factores mermarán la eficacia de mi trabajo o de mis palabras si los descuido

Fe vs. Suposición
La confianza en que las acciones nacidas del buen carácter darán el mejor resultado, aun cuando no veo cómo

Flexibilidad vs. Resistencia
La disposición para cambiar planes o ideas sin sentirse molesto

Generosidad vs. Mezquindad
Administrar cuidadosamente mis recursos para poder dar libremente a los que tienen necesidad

Gratitud vs. Ingratitud
Comunicar a otros con mis palabras y acciones, las formas en que han beneficiado mi vida

Honor vs. Falta de respeto
Respetar a los demás por su valor intrínseco como seres humanos

Hospitalidad vs. Soledad
Compartir gustosamente alimento, techo o conversación para beneficio de otros

Humildad vs. Arrogancia
Reconocer que mis logros se deben a lo que otros han invertido en mi vida

Ingenio vs. Derroche
Encontrar utilidad práctica para lo que otros desecharían o pasarían por alto

Iniciativa vs. Ocio
Percibir y hacer lo que se necesita antes de que se me ordene hacerlo

Justicia vs. Corrupción
Asumir la responsabilidad personal de sostener lo que es puro, recto y cierto

Lealtad vs. Infidelidad
Usar los tiempos difíciles para manifestar mi compromiso con aquellos a quienes sirvo

Mansedumbre vs. Ira
Ceder mis derechos y expectativas personales con el deseo de servir

Obediencia vs. Obstinación
Cumplir rápida y gustosamente las instrucciones de quienes son responsables por mí

Orden vs. Confusión
Disponer mi persona y mi ambiente para lograr una mayor eficiencia

Paciencia vs. Desasosiego
Aceptar una situación difícil sin fijar un plazo para que se resuelva

Perdón vs. Rechazo
Borrar la cuenta de los que me han ofendido y no guardar rencor alguno contra ellos

Perseverancia vs. Desaliento
La fortaleza interior para resistir presiones y actuar lo mejor que pueda

Persuasión vs. Contención
Introducir verdades vitales a pesar de los obstáculos en la mente del otro

Puntualidad vs. Lentitud
Mostrar estima por otros, haciendo lo que es correcto en el momento oportuno

Regocijo vs. Auto lástima
Conservar una buena actitud, aun cuando enfrente condiciones desagradables

Responsabilidad vs. Irresponsabilidad
Saber y hacer lo que se espera de mí

Sabiduría vs. Necedad
Hacer aplicaciones prácticas de la verdad en decisiones cotidianas

Seguridad vs. Ansiedad
Estructurar mi vida en torno a lo que no se puede destruir ni se me puede quitar

Sensibilidad vs. Dureza
Percibir los verdaderos sentimientos y emociones de los que me rodean

Sinceridad vs. Hipocresía
Anhelo de hacer lo correcto con motivaciones transparentes

Tenacidad vs. Pusilanimidad
Proponerme lograr las metas que se me asignan en el tiempo designado, no obstante las dificultades

Tolerancia vs. Prejuicio
Aceptar a los demás en sus diferentes niveles de madurez

Valentía vs. Temor
La confianza de decir o hacer lo que es correcto, justo y verdadero

Veracidad vs. Engaño
Ganarse la confianza futura, informando con precisión sobre hechos del pasado

Virtud vs. Maldad
La excelencia moral que mi vida manifiesta cuando hago lo correcto constantemente

Muestras de actividades familiares para el desarrollo de estas cualidades (en inglés solamente) http://characterfirsteducation.com/c/curriculum.php

© Character First. Permission to reproduce for educational use only. Not for resale. 877.357.0001 www.characterfirst.com Revised January 2012
El Centro de Coaching Encuentro no está afiliado en ninguna forma con Character First. El material se ofrece como recurso complementario únicamente a discreción de la persona que lo usa.


Otros recursos

Si deseas ayuda individualizada para el desarrollo del carácter te ofrecemos nuestro 



lunes, 25 de agosto de 2014

La Palabra que puede dañar el cerebro de quien la pronuncia y de quien la escucha



Si tuvieras que ponerte en un escáner de fMRI — un enorme imán en forma de dona que puede tomar un video de los cambios neuronales en el cerebro — al presentarte la palabra "NO" por menos de un segundo, verías una repentina liberación de docenas de hormonas estresantes y neurotransmisores. Estos productos químicos interrumpen inmediatamente el funcionamiento normal del cerebro, alteran la lógica, la razón, el procesamiento del lenguaje y la comunicación.

De hecho, sólo ver una lista de palabras negativas durante unos pocos segundos hará que una persona que tenga altos niveles de ansiedad o de depresión se sienta peor. Entre más atención le des a estas palabras, más daño se producirá en las estructuras claves del cerebro que regulan la memoria, los sentimientos y las emociones. Estas palabras negativas podrían incluso interrumpir tu sueño, tu apetito y tu capacidad de experimentar satisfacción y felicidad a largo plazo.

Si vocalizas tu negatividad, o incluso si frunces ligeramente el ceño cuando dices "no", más químicos del estrés serán liberados, no sólo en tu cerebro, sino en el cerebro de tu oyente también. Tu oyente experimentará mayor ansiedad e irritabilidad, socavando así la cooperación y la confianza. El solo hecho de rodearte de personas negativas, hará que desarrolles mayores prejuicios hacia las demás personas.

Cualquier forma de preocupación negativa — por ejemplo, preocuparte por tu futuro financiero o por tu salud — estimulará la liberación de neuro químicos destructivos. Y lo mismo puede decirse para los niños: entre más pensamientos negativos tengan, mayor será la probabilidad de que experimenten agitación emocional. Sin embargo, si les enseñas a pensar positivamente, esto puede tener un impacto significativo en sus vidas.

El pensamiento negativo también se auto perpetúa, y cuanto más te involucres en el diálogo negativo — en casa o en el trabajo, más difícil resultará  detenerlo. Pero las palabras negativas, habladas con ira, hacen más daño aún. Envían mensajes de alarma a través del cerebro, interfiriendo con los centros de toma de decisiones en el lóbulo frontal, y esto aumenta la propensión de una persona a actuar irracionalmente.

Las palabras que provocan miedo — como pobreza, enfermedad y muerte — también estimulan el cerebro en una forma negativa. Y aunque estos pensamientos temerosos no sean reales, otras partes de su cerebro (como el tálamo y la amígdala) reaccionan a las fantasías negativas como si fueran amenazas reales que ocurren en el mundo exterior. Curiosamente, parecemos estar programados para preocuparnos — quizás un mecanismo de supervivencia ancestral, cuando las amenazas para nuestra supervivencia eran innumerables.

Para interrumpir esta propensión natural a preocuparse, se pueden tomar varias medidas. En primer lugar, hazte esta pregunta: "¿Es la situación realmente una amenaza para mi supervivencia personal?" Generalmente no lo es y cuanto más rápido se pueda interrumpir la reacción a una amenaza imaginaria en la amígdala cerebral, más rápido puedes tomar acción para resolver el problema. Asimismo, podrás disminuir la posibilidad de almacenar un recuerdo negativo permanentemente en tu cerebro.

Después de que hayas identificado el pensamiento negativo (que a menudo opera sólo por debajo del nivel de conciencia cotidiana), tu puedes replantearlo eligiendo centrarte en imágenes y palabras positivas. El resultado: disminuye la ansiedad y la depresión y el número de pensamientos negativos inconscientes declinan.

El poder del Sí
Cuando los médicos y los terapeutas le enseñan a los pacientes a centrarse en afirmaciones positivas para desactivar los pensamientos negativos y las preocupaciones, esto mejora el proceso de comunicación y el paciente recupera la confianza y el autocontrol. Pero hay un problema: el cerebro apenas responde a nuestros pensamientos y palabras positivas. Puesto que estas no son una amenaza para nuestra supervivencia, el cerebro no necesita responder tan rápidamente como lo hace con palabras y pensamientos negativos.

Para superar esta conexión natural a la negatividad, debemos repetidamente y conscientemente generar pensamientos positivos tanto como podamos. Barbara Fredrickson, una de los fundadoras de la psicología positiva, descubrió que tenemos que generar al menos tres pensamientos y sentimientos positivos por cada expresión de negatividad que tengamos. Si expresas menos de tres, las relaciones personales y empresariales están propensas a fallar. Este hallazgo se correlaciona con la investigación de Marcial Losada con equipos corporativos, y la investigación de John Gottman con las parejas matrimoniales.

Fredrickson, Losada y Gottman se dieron cuenta que si quieres que tu negocio y tus relaciones personales realmente florezcan, necesitarás generar por lo menos cinco mensajes positivos para cada enunciado negativo que haces (por ejemplo, "Estoy decepcionado" o "Es que no esperaba.." cuentan como expresiones de negatividad, así como fruncir el ceño o mover la cabeza en señal de negación).

No importa si tus pensamientos positivos son irracionales; aún así tienen la capacidad de mejorar tu sentido de bienestar, de felicidad y de satisfacción en la vida. De hecho, el pensamiento positivo puede ayudar a cualquier persona a desarrollar  una mejor y más optimista actitud hacia la vida.
Los pensamientos y las palabras positivas impulsan los centros motivacionales del cerebro a la acción y nos ayudan a construir resiliencia cuando nos enfrentamos a los problemas de la vida.  Según Sonja Lyubomirsky, una de las investigadoras principales en el campo de la felicidad, si quieres desarrollar una satisfacción permanente, debes regularmente tener un pensamiento positivo sobre ti mismo, compartir tus eventos más felices con los demás y saborear cada experiencia positiva en tu vida.

Nuestro consejo: elige sabiamente tus palabras y pronúncialas lentamente. Esto permitirá interrumpir la tendencia del cerebro a ser negativo, y como la investigación reciente ha demostrado, la mera repetición de palabras positivas como amor, paz y compasión activará los genes específicos que reducen el estrés físico y emocional. Te sentirás mejor, vivirás más tiempo y construirás relaciones más profundas y más confiadas con los demás — en casa y en el trabajo.

Como señalan Fredrickson y Losada, cuando generas un mínimo de cinco pensamientos positivos por cada pensamiento negativo, experimentarás "un rango óptimo de funcionamiento humano". Este es el poder del SI.

Traducción realizada por Alexander Madrigal de un artículo publicado el 31 de Julio del 2012 por  Mark Waldman y Andrew Newberg, M.D. en Words Can Change Your Brain

viernes, 4 de julio de 2014

Amor de Verano




Gary Chapman, autor del libro “Las Cuatro Estaciones del Matrimonio”, compara la relación matrimonial a las cuatro estaciones del año en términos de emociones, actitudes y acciones. En el área de emociones el autor sugiere el desarrollo de cuatro estados emocionales, a saber: felicidad, satisfacción, logros y unión. En el área de actitudes las metas a lograr son: anticipación, optimismo, gratitud, amor y confianza. En el área de acciones se plantean la  edificación, planificación, comunicación y el buscar ayuda cuando se necesita.


  • Felicidad
  • Satisfacción, 
  • Logros 
  • Unión
  • Anticipación, 
  • Optimismo, 
  • Gratitud, 
  • Amor
  • Confianza
  • Edificación, 
  • Planificación, 
  • Comunicación
  • Buscar ayuda cuando se necesita.
Ahora que estamos en el verano y una buena parte del tiempo se dedicará a paseos en familia o en pareja será saludable para la relación dedicar un tiempo a divertirse también con los siguientes ejercicios basados en las tres áreas sugeridas por Chapman. El propósito de estos ejercicios es crear un ambiente de verano, un amor de verano, que permita el fortalecimiento de la relación.
Convierta cada una de estas áreas en una meta y en  una escala de 0 – 10 con 0 significando no haberlo alcanzado y 10 significando totalmente alcanzado, pregúntese ¿dónde me encuentro en la escala en relación con esta meta? 


Las áreas con las puntuaciones más bajas serán las que debe empezar a trabajar lo más pronto posible. Le presento a continuación un modelo de trabajo para el desarrollo de cada área.
1.- Escoja el área que desea desarrollar
2.- Mencione algunas fortalezas y victorias en esa área
3.- Determine las metas que quiere lograr en esa área
4.- Determine las barreras para alcanzar esas metas
5.- Realice una afirmación o declaración en presente y en positivo para vencer esas barreras
6.- Formule un plan de acción.
Si desea ayuda personalizada para este trabajo puede consultar nuestros programas para el desarrollo personal:

Contigo en el camino,

Alexander Madrigal
Centro de Coaching Encuentro
Otros programas de ayuda del Centro de Coaching Encuentro