Las Llaves de la Felicidad |
Sin embargo, cómo buscamos la felicidad es lo que va a
determinar si la encontraremos o no.
No siempre las llaves que usamos para abrir las
puertas de nuestra felicidad son las más apropiadas y necesitamos desarrollar
una perspectiva más amplia para considerar nuevas opciones.
Muchas veces, nuestro concepto de felicidad está
ligado a lo placentero, que es siempre temporal. Sin embargo, la verdadera
felicidad tiene que ir más allá de lo placentero para que se vuelva permanente.
En el famoso mensaje de las Bienaventuranzas en Mateo
5:1-12, Jesús enseña acerca de las ocho llaves de la felicidad. La palabra
bienaventuranza significa dicha, felicidad, prosperidad.
La búsqueda de la felicidad puede ser comparada a una
puerta y cada Bienaventuranza puede ser comparada a una llave que nos permite
abrirla.
Imagine por un momento el impacto que el uso de las
llaves de las Bienaventuranzas puede tener si las usamos en las diferentes
áreas de nuestra vida.
Imagine la transformación que tendrán las relaciones
de pareja, de padres e hijos, en el trabajo, en la escuela o en la iglesia
cuando se abran esas puertas con las llaves de las Bienaventuranzas a la hora
de comunicarse y de resolver conflictos.
1.- La primera llave es la Sencillez y nos permite abrir la puerta que se ha cerrado por el
orgullo.
La felicidad verdadera consiste en practicar la
sencillez, el dejarnos asombrar por los pequeños detalles de la vida, el desarrollar
una actitud expectante ante lo cotidiano, sin vanidad.
2.- La segunda llave es la Sensibilidad y nos permite abrir las puertas que se han cerrado por
la dureza del corazón.
Podríamos creer erróneamente que si alguien sufre solo
basta con un golpecito en los hombros y una sonrisa en los labios para calmarle
el dolor pero no podemos ser felices cuando sonreímos y olvidamos el dolor de
nuestra pareja, de nuestros hijos, de nuestros padres, o de las personas que
están cerca de nosotros.
3.- La tercera llave es la Paciencia y permite abrir las puertas que se han cerrado por la
impaciencia.
Como virtud, la paciencia nos permite esperar. Si
cosechamos una fruta antes de tiempo está no podrá desarrollar todos los
nutrientes necesarios. El tiempo de espera le permite madurar y cumplir su
propósito. El paso del tiempo nos permite madurar y aprender a tomar las
mejores decisiones.
4.- La cuarta llave es la Justicia y permite abrir las
puertas que se han cerrado por la injusticia.
No podemos ser verdaderamente felices si no tenemos en
nuestro corazón el anhelo por la justicia. Una vida feliz no consiste en vivir
solo para nosotros y saciar nuestras propias necesidades y olvidarnos que otros
también merecen la justicia de nuestros actos hacia ellos.
5.- La quinta llave es la Misericordia y permite abrir las puertas que se han cerrado por la
ira, el enojo, la envidia, la rabia, el deseo de venganza o el odio.
A la hora de resolver problemas o hacer cambios en la
vida, podemos olvidarnos de que al derribar una montaña a alguien le pueden
caer los escombros.
Si pisoteamos a otros por salir adelante no mostramos
misericordia y no recibiremos misericordia de Dios ni de los hombres.
No podemos ser verdaderamente felices si no actuamos
con misericordia hacia nuestros semejantes y hacia los que no son tan
semejantes a nosotros, incluyendo los animales.
6.- La sexta llave es la Pureza y permite abrir las puertas que se han cerrado por pensamientos, acciones, intenciones o
palabras malintencionadas.
Un corazón puro no solo es un corazón limpio sino un
corazón lleno de pensamientos claros, acciones bondadosas, intenciones
transparentes, y palabras edificantes.
7.- La séptima llave es la Paz y permite abrir las puertas que se han cerrado por la falta de
reconciliación, perdón, armonía o equilibrio.
Esta llave es especialmente útil en un mundo donde la
agresión, la discordia y la lucha por el poder parecieran ser los ingredientes
principales de las interacciones con otros.
8.- La última llave es la Fidelidad y permite abrir las puertas que se han cerrado por la
falta de compromiso en nuestras acciones.
Esta virtud es un llamado a reflexionar sobre el nivel
de compromiso y entrega en nuestras relaciones o en nuestras causas.
Ejercicio
de Aplicación:
1.- Haga una pausa y piense en esa puerta que usted
quiere abrir, tal vez esa puerta que usted mismo ha cerrado en su relación de
pareja, en su relación con sus hijos, con sus padres, con sus hermanos, con sus
maestros, compañeros de escuela o trabajo, con sus hermanos en la iglesia, con
usted mismo o con Dios. Puede ser en términos de un conflicto que quiere
resolver, una situación que quiere cambiar o una decisión que debe tomar.
2.- Imagine ahora que está frente a esa puerta
tratando de usar una de las llaves que ha usado antes en sus intentos de ser
feliz. Reemplace esa llave con la llave de la Sencillez y explore las diferentes
posibilidades que el uso de esta llave genera, expanda sus puntos de vista.
3.- Piense y/o anote cómo la llave de la Sencillez le
puede ayudar en lo que quiere resolver, enfocándose en una solución.
4.- Piense en una acción específica que va a llevar a
cabo para que la puerta que se había cerrado frente a usted se abra.
5.- Repita los pasos 2 al 4 con cada una de las llaves
de la felicidad.
Si desea participar en un programa guiado de
desarrollo de fortalezas le invitamos a considerar nuestro Programa de Coaching
de Fortalezas en:
http://alexandermadrigal.com/fortalezasdelcaracter/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario