Martín despertaba cada día con la misma sensación: una alarma que no solo marcaba el inicio de su jornada, sino también el comienzo de su encierro. No vivía. Repetía.
Sus pasos eran los mismos, su trayecto inalterable, sus pensamientos giraban como una rueda sin fin. Se vestía, desayunaba sin saborear, salía a trabajar, y volvía a casa vacío, sólo para repetirlo todo al día siguiente.
No sabía cuándo comenzó la rueda. Tal vez cuando aceptó un trabajo temporal que se volvió permanente. O cuando dejó de escribir en su cuaderno de sueños porque "no había tiempo". En algún punto, el camino se curvó sobre sí mismo y se cerró.
Y así, quedó atrapado en una rueda hecha de horarios, agendas y prisa. Una rueda del tiempo.
Miraba al horizonte y, aunque podía ver una puerta abierta en la distancia, nunca parecía estar más cerca.
Pero una noche, agotado, Martín se detuvo. Por primera vez en años, se permitió el silencio. Y en ese silencio escuchó algo olvidado: su propia voz interior.
Esa voz le hizo cinco preguntas que cambiarían su vida:
-
¿Hacia dónde quiero ir?
¿Es esta la vida que soñé? -
¿Qué necesito hacer o dejar de hacer para llegar allí?
¿Qué cosas estoy haciendo solo por inercia? -
¿Qué necesito ser o dejar de ser para llegar allí?
¿Qué identidad he adoptado que ya no me pertenece? -
¿Qué dificultades se me presentan en el camino hacia esa meta?
¿A qué le tengo miedo realmente? -
¿Cómo convierto esas dificultades en oportunidades?
¿Qué mensaje me trae este cansancio?
Desde aquel día, comenzó a salir de la rueda, un paso a la vez. No fue fácil. A veces regresaba. A veces tropezaba. Pero ahora sabía que la puerta seguía ahí. Y lo más importante: que el camino hacia ella no era recto… ni circular. Era profundo. Era hacia dentro.
Todos, en algún momento, nos vemos atrapados en la rueda del tiempo. La buena noticia es que siempre hay una salida. A veces no es externa. Es interna.
La transformación comienza cuando nos atrevemos a detenernos, a escucharnos y a preguntarnos con honestidad: ¿Estoy viviendo mi vida o la de alguien más?
Y tú, ¿Sientes que caminas pero no avanzas? ¿Que los días pasan pero tú no estás viviendo, solo sobreviviendo? ¿Estás listo para salir de la rueda?
Al Cambio por el Coaching©
Te invito a hacer una pausa hoy. Respira. Toma una hoja de papel. Responde las cinco preguntas que Martín se hizo. Y si deseas dar un paso más profundo y trabajar el tema de esta semana, o cualquier otro tema de tu interés, en una sesión personalizada de coaching actúa ya y programa una sesión hoy mismo. Será un placer caminar contigo.
Hasta la próxima entrega,
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