En esta etapa, los cónyuges se
comunican, resuelven conflictos,
superan problemas y
se ponen de acuerdo para
satisfacer sus necesidades y
deseos. Manifiestan su amor, respeto mutuo y se complacen afrontando
juntos los problemas.
Cada uno se siente confiado al buscar por separado sus propios intereses, disfrutando al mismo
tiempo de la mutua compañía, porque han alcanzado un elevado grado de posesión de si mismo: la madurez. Fácilmente recuperan la intimidad, después de
estar días separados afectivamente. Los conflictos y
enfados no son considerados el fin del mundo. El matrimonio avanza por el camino de la apertura, sinceridad,
autenticidad y respeto mutuo
posibilitando más cercanía afectiva, porque no se esconde ni el propio yo ni
las inseguridades.
El peligro está en los conflictos propios no resueltos que
pueden seguir afectando. En esta etapa se suelen reconocer estas limitaciones
personales y el influjo que tienen en el modo de ser propio.
TAREAS.
-Volver a elegir conscientemente la relación como forma de
vida.
-Tomar conciencia de sí mismo y del cónyuge.
-Asumir nuestros sentimientos, pensamientos y formas de
conducta.
-Compartir las responsabilidades prácticas de la vida
diaria.
-Apoyar al otro en sus esfuerzos y éxitos.
-Avanzar en el camino que va de la independencia a la
interdependencia, que supone mantener el sentido de la individualidad al mismo
tiempo que se avanza en la intimidad.
PROGRESAR.
Esa interdependencia naciente distinta de la dependencia del
otro y de la independencia que aleja de la pareja y obstaculiza la intimidad es
el último escalón para llegar a la etapa final. Habrá que:
-Aprovechar los desacuerdos
y conflictos para conocerse mejor.
-Afrontar conflictos y resolverlos mediante el diálogo.
Comunicarse con más facilidad y colaborar cada vez mejor.
-Expresar los enfados sin que sea una amenaza para la
relación o para la persona.
-Manifestar necesidades y deseos abiertamente y con
franqueza.
-Mantener la identidad personal de cada uno dentro de la
relación.
-Tener en cuenta las necesidades y deseos del otro.
-Estar bien asentados en la realidad.
-Haber logrado un alto grado de confianza amor y respeto.
Es un momento rico y gratificante de la pareja pues la
relación avanza con menos esfuerzo, liberando energía que se puede usar en
actividades creativas y en el disfrute de la vida. De todas formas, se debe saber y aceptar que a veces, habrá que volver hacia
atrás y recorrer de nuevo el camino.
Crisis y traumas procedentes del
exterior o la enfermedad de uno de los cónyuges, podrán hacer que regresemos, a
una etapa anterior de nuestro desarrollo personal, aumentando nuestra
dependencia y necesidad de ser mimados y consolados. Retrocesos que pueden ser
trampas en las que quedemos atrapados u ocasiones para crecer y madurar. La
respuesta que demos a estos desafíos
será la prueba de nuestra capacidad para comunicarnos y entendernos.
LAS SEIS ETAPAS DEL
MATRIMONIO. (Resumen tomado del libro: “El éxito en el matrimonio” de Mary
Kirk, Editorial San Pablo, 1997).
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