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lunes, 11 de marzo de 2024

¿Puedes Conectar, Producir y Adaptarte Mejor? Prueba Este Plan Semanal

En este viaje semanal hacia el desarrollo personal y el fortalecimiento de las relaciones interpersonales, trabajaremos con cinco conceptos que se entrelazan en un ciclo continuo: Relaciones, Resultados, Cambio, Historia y Transiciones.

Todo comienza con las relaciones. Son los cimientos sobre los que construimos nuestras vidas. En cada interacción, ya sea con amigos, familiares o colegas, tenemos la oportunidad de agregar valor. Cada gesto de bondad, cada palabra de aliento, fortalece los lazos que nos unen y nutre el tejido de nuestras relaciones.

A medida que cultivamos relaciones sólidas, nuestros esfuerzos comienzan a dar frutos en forma de resultados tangibles. Identificamos nuestras fortalezas y las aplicamos en nuestro trabajo, nuestras pasiones y nuestras metas personales. Al alcanzar el éxito, no solo encontramos satisfacción en nuestros logros, sino que también inspiramos a otros a alcanzar su propio potencial.

Sin embargo, el verdadero crecimiento personal llega con el cambio. Nos adaptamos a nuevas circunstancias, superamos obstáculos y abrazamos la evolución. Los desafíos se convierten en oportunidades de aprendizaje, y cada transformación nos acerca más a nuestra mejor versión.

Detrás de cada paso en este viaje hay una historia que contar. Nuestras experiencias, triunfos y desafíos forman el tapiz de nuestra vida. Compartir nuestra historia nos hace vulnerables, pero también nos conecta con los demás de una manera única y poderosa.

Finalmente, la vida está llena de transiciones. Desde cambios de carrera hasta mudanzas, cada transición nos desafía a crecer y adaptarnos. Identificar y abrazar estas transiciones nos permite avanzar con confianza hacia nuevos horizontes y oportunidades.

Con esto en mente, es tu turno de pasar ahora de la teoría a la práctica a través de las siguientes actividades diarias.

Lunes: Enfoque en Relaciones

  • Actividad: Inicia la semana enviando un mensaje de agradecimiento o reconocimiento a alguien que haya impactado positivamente tu vida recientemente. Esto puede ser a un colega, amigo o familiar.
  • Objetivo: Reforzar las relaciones existentes y agregar valor a las vidas de los demás.

Martes: Enfoque en Resultados

  • Actividad: Dedica tiempo a identificar una habilidad o tarea en la que ya seas bueno. Establece un objetivo específico para mejorar en esa área durante la semana.
  • Objetivo: Potenciar tus fortalezas y contribuir con resultados tangibles a tu entorno.

Miércoles: Enfoque en Cambio

  • Actividad: Reflexiona sobre un desafío reciente o un cambio inesperado. Escribe tres formas en las que este cambio podría convertirse en una oportunidad.
  • Objetivo: Mejorar la adaptabilidad y encontrar el lado positivo en situaciones inesperadas.

Jueves: Enfoque en Historia Personal

  • Actividad: Dedica 30 minutos a escribir sobre un evento significativo de tu vida que te haya enseñado una lección importante. Comparte esta historia con alguien que pueda beneficiarse de ella.
  • Objetivo: Conectar con otros a través de experiencias personales y fomentar la empatía.

Viernes: Enfoque en Transición

  • Actividad: Evalúa tu vida actual y identifica un área que requiera un cambio para avanzar hacia tus objetivos. Planifica los primeros pasos para iniciar esta transición.
  • Objetivo: Prepararte para cambios significativos y avanzar hacia el éxito personal o profesional.

Fin de Semana: Reflexión y Preparación

  • Sábado: Tómate un tiempo para reflexionar sobre la semana. ¿Qué aprendiste? ¿Cómo te sentiste al realizar estas actividades?
  • Domingo: Prepara tu plan para la próxima semana. Considera cómo puedes incorporar las lecciones aprendidas en tu vida cotidiana.

Si deseas dar un paso más profundo y trabajar este tema, o cualquier otro tema, en una sesión personalizada de coaching actúa ya y programa una sesión hoy mismo. Será un placer ayudarte.

Hasta la próxima entrega,

Coach Alexander Madrigal

miércoles, 6 de marzo de 2024

Ejercicio de la Mano Solidaria


En nuestras relaciones interpersonales, sean estas de pareja, familiares, laborales o casuales, es necesario mostrar un amor compasivo y equilibrado que incluya la empatía y la compasión sin condiciones. 

Esta actitud no solo te permite experimentar la alegría de dar sin esperar nada a cambio, sino que también te ayuda a reconocer la interconexión entre todos los seres. En última instancia, el acto de extender una mano solidaria a una persona te enseña sobre la naturaleza incondicional del amor verdadero y sobre cómo podemos ser agentes de cambio positivo en las vidas de los demás, así como en la nuestra.

Para lograr esto, te proponemos el siguiente ejercicio titulado: Extiende una Mano Solidaria.

1. Mantén una actitud abierta y receptiva

Empieza el día con la intención de ayudar a alguien, manteniendo tus ojos, mente y corazón abiertos a las oportunidades que se presenten.

Sé consciente de tu entorno y observa si hay alguien que podría necesitar ayuda.

2. Escucha y observa con empatía

A veces, la ayuda que alguien necesita no es obvia a primera vista. Presta atención a las señales no verbales de las personas a tu alrededor.

La empatía es clave. Intenta ponerte en el lugar del otro para entender mejor qué tipo de ayuda podría ser más beneficiosa.

3. Ofrece ayuda de manera respetuosa

Al acercarte a alguien, hazlo con respeto y amabilidad. Pregunta si la persona necesita ayuda antes de actuar.

Recuerda que el objetivo es brindar apoyo, no invadir el espacio personal de alguien ni asumir que necesitan ayuda sin preguntar.

4. Sé flexible en la forma de ayudar

La ayuda puede tomar muchas formas: desde dar direcciones a alguien perdido, hasta ofrecer una sonrisa amable o escuchar a alguien que necesita desahogarse.

No subestimes el impacto de los pequeños actos de bondad.

5. Practica la compasión desinteresada

Realiza tu acto de bondad sin esperar nada a cambio, ni siquiera un agradecimiento.

Reflexiona sobre cómo se siente dar de esta manera y cómo podría influir en tu percepción del amor y la compasión.

6. Aprende de la experiencia

Después de ofrecer tu ayuda, toma un momento para reflexionar sobre la experiencia. ¿Cómo te afectó emocionalmente? ¿Hubo algo que aprendiste sobre ti mismo o los demás?

Considera escribir tus reflexiones para profundizar en tu comprensión y crecimiento personal.

7. Hazlo parte de tu rutina

Intenta hacer de este ejercicio una práctica regular, no solo algo que hagas una vez. La repetición fortalecerá tu capacidad de actuar con compasión y empatía de manera natural y será también una gran oportunidad para poner en práctica tus Fortalezas de Carácter.

Si deseas dar un paso más profundo y trabajar este tema, o cualquier otro tema, en una sesión personalizada actúa ya y programa una sesión hoy mismo. Será un placer ayudarte.

Hasta la próxima entrega,

Coach Alexander Madrigal

jueves, 22 de diciembre de 2016

Velas de Navidad







La temporada navideña despierta en muchas personas sentimientos como  la compasión, el amor y el deseo de ayudar a los demás.

El compartir regalos con familiares y amigos es una manifestación material de esos profundos sentimientos que albergamos en nuestros corazones.

En su poema “Encenderé Velas esta Navidad”, Howard Thurman nos ofrece una lista de otros regalos  que podemos hacernos a nosotros mismos y a los demás en esta Navidad.

Encenderé velas esta Navidad,
Velas de Gozo a pesar de la tristeza,
Velas de Esperanza donde abunda el desaliento,
Velas de Valor para acallar los temores,
Velas de Paz para los días tempestuosos,
Velas de Gracia para aliviar la carga,
Velas de Amor para inspirar mi propia vida,
Velas que alumbren el año entero.

“Cuando el canto de los ángeles se acalla,
cuando la estrella celestial desaparece,
cuando reyes y príncipes emprenden el regreso,
cuando los pastores vuelven a sus rebaños,
es cuando la obra de la Navidad comienza:
buscar al perdido,
sanar al herido,
alimentar al hambriento,
liberar al esclavo,
reconstruir las naciones,
restablecer la paz con los demás,
hacer música en el corazón”.

Ejercicio de Aplicación

El poema presenta una lista de 6 virtudes: Gozo, Esperanza, Valor, Paz, Gracia (Consideración) y Amor;  y 7 acciones: Buscar, Sanar, Alimentar, Liberar, Reconstruir, Restablecer la Paz y Hacer Música.  

Para cada acción piense en pasos específicos que puede dar utilizando cada una de las virtudes de las lista.

Ejemplo:

Acción: Buscar al perdido. Trataré de restablecer la relación con un familiar con el que dejé de hablar por malos entendidos. Lo que se perdió aquí fue la relación familiar.

Gozo: Voy a cambiar por gozo los sentimientos negativos que he tenido hasta ahora
Esperanza: Voy a tener una visión más positiva de los resultados del encuentro
Valor: Dejo el temor a un lado y enfrento la situación
Paz: Ante cualquier discordia o resurgimiento del conflicto voy a mantener la calma
Gracia: Llegaré con un regalo, o estaré dispuesto a hacer un favor, o me mostraré considerado con lo que exprese la otra persona
Amor: Dejaré que este sentimiento me inunde completamente, buscaré las razones para amar a mi familiar, y le haré saber que le amo por esto.

Ahora es su turno. Tome una acción de la lista o cualquier otra acción con la que usted se identifique hoy y piense en pasos específicos para completar esa acción usando cada una de las 6 virtudes.



Si desea ampliar el ejercicio con una lista de 24 virtudes o fortalezas le invito a completar el Inventario de Fortalezas en http://alexandermadrigal.pro.viasurvey.org/Account/Register

lunes, 24 de octubre de 2016

Las Puertas de las Fortalezas



Se dice popularmente que “el poder corrompe” y esto es cierto cuando el poder es usado para afectar la libertad de otros, manipular, controlar, destruir u obtener provecho personal.

Otra verdad en cuanto al poder que no se menciona muy a menudo es que también el poder revela o descubre.

Es en los momentos de transición donde esta verdad se hace más evidente pues todas las experiencias de transición, cambio o crisis, revelan lo mejor o lo peor de nuestro carácter.

Los momentos de transición son todas aquellas situaciones que involucran movernos de un punto a otro. Se dan a nivel personal, de pareja, familiar o de grupo. Toda vez que necesitamos reconstruir en alguno de esos niveles estamos ante un momento de transición.

El hombre o la mujer que enfrenta un cambio de trabajo, o un cambio en la salud; la pareja que enfrenta una infidelidad o trabaja en el perdón; la familia que enfrenta la adolescencia de un hijo, la menopausia de una esposa o la crisis de la edad media de un esposo; todos estos son ejemplos cotidianos de transición que requieren de reconstrucción, de re-edificación.

La forma en que respondamos a nuestros momentos de transición revelarán lo mejor o lo peor de nuestro carácter según los roles que desempeñemos como individuos, como pareja, como miembros de una familia, de una empresa o de un grupo.

El carácter son los valores o fortalezas internas que determinan nuestras acciones externas.

Hace más de 2400 años un hombre en la historia del Israel bíblico fue enfrentado a un momento de transición y a una oportunidad de usar sus fortalezas y revelar su carácter.

Su nombre era Nehemías y su historia la encontramos en el libro del Antiguo Testamento que lleva su nombre.

En el año 445 a.C., Nehemías inicia la reconstrucción de las murallas de la antigua ciudad de Jerusalén con la ayuda de los que regresaron después del destierro babilónico.

En este proceso de transición, pasar de una ciudad desprotegida a la seguridad de una muralla, los constructores enfrentaron mucha oposición, pero se mantuvieron firmes y en 52 días lograron terminar el trabajo.

Un área importante de este proceso de reconstrucción fue la reparación de 10 puertas de la Muralla de Jerusalén, tal como se narra en Nehemías 3:1-31.

Cada una de estas 10 puertas puede representar simbólicamente una fortaleza de carácter que podemos desarrollar para permitir que la reconstrucción, en nuestros propios momentos de transición, sea duradera y que la transición sea fácil.

Para esta comparación de las fortalezas como puertas de una muralla utilizaré el modelo de las 24 fortalezas de la Psicología Positiva desarrollado por los Psicólogos Christopher Peterson y Martin E.P. Seligman.

Le sugiero que realice este ejercicio de metáforas realizando los siguientes pasos:

1.- Mire la puesta en práctica de cada fortaleza como el equilibrio entre el uso en exceso o la falta de uso.

Una particularidad de las puertas es que deben abrirse y cerrarse; por eso son puertas y no paredes. Lo mismo corresponde hacer con las fortalezas. Debemos aprender a cerrar la puerta a veces para que la fortaleza se quede (para evitar la carencia) y abrirla a veces para que la fortaleza no se desborde (para evitar el exceso).

2.- Piense en su propio momento de transición personal, esa situación que quiere resolver, esa reconstrucción que necesita enfrentar ya sea a nivel individual, de pareja, de familia, laboral o de grupo y vea cada puerta como una oportunidad para resolver esa situación. 

3.- Para ayudarse en este proceso hagas las 3 preguntas básicas de todo proceso de cambio:

¿Qué necesito aprender de esto?, esta pregunta ayuda a tomar conciencia.

¿Qué voy a hacer con esto que he aprendido?, esta pregunta ayuda a tomar responsabilidad.

¿Cuándo lo voy a hacer?, esta pregunta ayuda a tomar acción.

1.- La Puerta de las Ovejas, Nehemías 3:1
Esta puerta simboliza la Humildad. Carencia de humildad produce orgullo y exceso de humildad produce auto-desprecio.
Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos lograr que no entre a nuestro corazón el orgullo, la tendencia a pensar que somos más importantes e indispensables de lo que realmente somos.
Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos que la Humildad no se desborde al punto de llegar a despreciarnos a nosotros mismos, la tendencia a pensar que no valemos nada y que los demás puedan hacer de nosotros lo que quieran.

2.- La Puerta del Pescado, Nehemías 3:3
Esta puerta simboliza la Espiritualidad. Carencia de Espiritualidad produce materialismo y exceso de espiritualidad produce fanatismo.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos lograr que el materialismo no convierta la transición en un fin último, en la meta suprema.

Todo proceso de cambio es solo un medio para manifestar la espiritualidad, la fe, el sentido de que hay algo más profundo en la vida. Crisis implica cambio, trasformación.

Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos que el fanatismo no se apodere de nuestra visión y nos impida recordar que, en cuanto a nuestro potencial y posibilidades de desarrollo, tenemos raíces y también tenemos alas

3.- La Puerta Vieja, Nehemías 3:6
Esta puerta simboliza el Amor por el aprendizaje, por el conocimiento, por la Verdad. La carencia de deseos de aprender se manifiesta en incredulidad o complacencia y el exceso se manifiesta en la actitud del sabelotodo.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos lograr que la incredulidad, la complacencia o la duda no se apoderen de nuestra visión.

En toda transición es necesario romper con la incredulidad de que no podemos superar el desafío. Si amamos la verdad, y nos abrimos a la oportunidad de aprender descubriremos que las posibilidades de cambio abundan a nuestro alrededor.

Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos convertirnos en persona que no creen que ya lo ha alcanzado todo en la vida, sino que sabremos que siempre se levantarán nuevas montañas que escalar, nuevos mares que navegar y nuevos horizontes que surcar.

4.- La Puerta del Valle, Nehemías 3:13
Esta puerta simboliza la Esperanza, el optimismo, la orientación de futuro. La carencia de Esperanza produce negativismo y miedo y el exceso de esperanza produce castillos en el aire.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos lograr que nuestros temores más profundos no nos venzan. Los temores se manifiestan a través de preguntas como ¿Seré abandonado? ¿Me verán como un perdedor? ¿Cómo me recordarán? La lista puede volverse interminable, dependiendo de la programación negativa que esté en nuestras mentes. Todas estas cosas salen a la luz en los momentos de transición.

Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos poner los pies sobre la tierra y eliminar la actitud ilusoria y los sueños irreales.

5.- La Puerta del Muladar, Nehemías 3:14
Esta puerta simboliza la Auto-regulación, la honestidad, la integridad. La carencia se manifiesta en auto-indulgencia o poder descontrolado y el exceso se manifiesta en inhibición o auto-limitación.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos ser conscientes del gran poder que tenemos a través de nuestras palabras, pensamientos y acciones, para bien o para mal. Como resultado aprenderemos a no usar el poder ligeramente y nos daremos cuenta del daño que podemos hacernos a nosotros mismos o a otros. Aprenderemos a no llamar bueno a lo que es malo.

Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos no llamar malo a lo que es bueno y podremos disfrutar la vida con todo lo bueno que tiene para ofrecernos sin necesidad de sentir culpa mientras ejercemos responsabilidad.

6.- La Puerta de la Fuente, Nehemías 3:15
Esta puerta simboliza el Entusiasmo. La carencia de entusiasmo se traduce en sedentarismo y en sentimientos de pérdida y abandono y el exceso de entusiasmo se traduce en inquietud.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos lograr que el proceso normal de duelo en todo momento de transición no nos duela tanto y no nos desoriente ni que tratemos de evitarlo.  

Darnos cuenta de las estrategias que utilizamos para reprimir o aliviar el duelo con distracciones es indispensable durante los momentos de transición. La meta no es distraer el dolor si no enfrentarlo para aprender de él.

Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos estar quietos por momentos, para ir y venir con un propósito definido, con sentido y misión, entusiasmados, pero no atolondrados.

7.- La Puerta de las Aguas, Nehemías 3:26
Esta puerta simboliza la Perseverancia. La carencia de perseverancia se convierte en pereza y el exceso de perseverancia se transforma en obsesión.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos lograr no encontrar más fácil irnos a comer el pasto más verde del vecino, para poder entrar en el proceso saludable de reconstrucción, aunque ese proceso de reconstrucción no marche al principio como lo esperamos. Todo cambio es difícil pero la satisfacción es aún mayor.

Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos que la obsesión, el tener ideas fijas, no se conviertan en el impulso de nuestras acciones. Con un sentido claro de misión, lo cual nos permite centrarnos, no habrá un límite a lo que podamos lograr.

8.- La Puerta de los Caballos, Nehemías 3:28
Esta puerta simboliza la Valentía, llevar las riendas. La carencia de valentía genera el sentimiento de que todo se ha salido de control y el exceso de Valentía se traduce en temeridad, imprudencia.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos lograr mantener todo en el lugar preciso y obtener una sensación de seguridad que impedirá que nos hagamos preguntas como ¿Se derrumbará todo lo que hemos edificado? ¿Qué tal si tomo la decisión incorrecta? Las transiciones requieren de valentía para dejar ir.

Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos que la imprudencia no domine nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.

9.- La Puerta del Oriente, Nehemías 3:29
Esta puerta simboliza la Perspectiva. La carencia de perspectiva se manifiesta en falta de visión y el exceso de perspectiva revela necesidad de controlar.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podremos entender el propósito de la vida es algo más que las tareas que realizamos cotidianamente. Nuestra misión es mirar diez o treinta años en el futuro y pasar la antorcha a las siguientes generaciones, y asegurarnos que la puerta del oriente, la del amanecer, permanecerá abierta para que nuestra herencia se expanda aun cuando hayamos partido. Esto es visión, ver el bosque y no solo un árbol, el océano y no solo una gota de agua.

Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso, lograremos que la necesidad de controlar no se manifieste en nuestras decisiones. El exceso de perspectiva hace que el panorama que nos ponemos por delante luzca tan amplio que se produce en nosotros una sensación de agobio y esa sensación de agobio hace que deseemos controlar lo que parece incierto.

10.- La Puerta del Juicio, Nehemías 3:31
Esta puerta simboliza la Equidad, la justicia, el equilibrio. La carencia de equidad se manifiesta en no asignar la justa medida a las personas o a los eventos y el exceso de equidad se manifiesta en indiferencia.

Cuando edificamos esta puerta y la cerramos para evitar la carencia, podemos lograr el equilibrio entre lo que somos y lo que hacemos. Muchas veces nuestra identidad se fusiona con lo que hacemos al punto que creemos que somos el rol que desempeñamos. Esto es en parte normal, pues después de desempeñar una función durante muchos años nos identificamos con nuestras tareas. El problema es que cuando hay un momento de transición, de cambio o de crisis, esa fusión se rompe y entramos en una crisis de identidad al pensar que al dejar de hacer algo dejaremos de ser.
 
Si edificamos esta puerta y la abrimos para evitar el exceso lograremos que la indiferencia no sea el lente a través del cual nos vemos a nosotros mismos, a los demás, a las circunstancias o a la vida.

¿Desea saber como están presentes estas fortalezas en su vida? Descúbralo a través del Inventario de Fortalezas en http://bit.do/fortalezas