miércoles, 20 de diciembre de 2017

El Árbol de las Preocupaciones

Para quienes están en el Camino al Cambio y pueden aprender a considerar los problemas desde diferentes perspectivas, les narró el Coach el siguiente cuento:


Un rico comerciante contrató a un carpintero para restaurar una antigua casa colonial. Como el comerciante era de esas personas a las que les gusta tener todo bajo control y le preocupaba que el trabajo no quedase bien, decidió pasar un día en la casa, para ver cómo iban las obras.

Al final de la jornada, se dio cuenta de que el carpintero había trabajado mucho, a pesar de que había sufrido varios contratiempos. Para completar el día de mala suerte, el coche también se negó a funcionar así que el empresario se ofreció para llevarle a casa.

El carpintero no habló durante todo el trayecto, visiblemente enojado y preocupado por todos los contratiempos que había tenido a lo largo del día. Sin embargo, al llegar invitó al comerciante a conocer a su familia y a cenar, pero antes de abrir la puerta, se detuvo delante de un pequeño árbol y acarició sus ramas durante pocos minutos.

Cuando abrió la puerta y entró en la casa, la transformación era radical: parecía un hombre feliz. La cena transcurrió entre risas y animada conversación. Al terminar la velada, el carpintero acompañó al comerciante al coche. Cuando pasaron por delante del árbol, este le preguntó:

- ¿Qué tiene de especial ese árbol? Antes de entrar estabas enojado y preocupado y después de tocarlo eras otro hombre.

- Ese es el árbol de los problemas – le respondió el carpintero. – Soy consciente de que no puedo evitar los contratiempos en el trabajo pero no tengo por qué llevarme las preocupaciones a casa. Cuando toco sus ramas, dejo ahí las preocupaciones y las recojo a la mañana siguiente, cuando regreso al trabajo. 

Lo interesante es que cada mañana encuentro menos motivos para preocuparme que los que dejé el día antes.

Esa noche, el rico comerciante aprendió una de las lecciones más valiosas de su vida.

Del Cuento al Cambio©
  • ¿Cómo reacciona usted ante las dificultades?
  • ¿Qué le ayuda a usted a crear perspectiva para enfrentar los problemas?
  • ¿Cuál es su “árbol de las preocupaciones”?
  • ¿Cuáles áreas de su vida personal, de pareja o familiar podrían beneficiarse si cambiara la perspectiva de los problemas?
  • ¿Además de la Perspectiva, cuáles de sus otras fortalezas de carácter podría utilizar para enfrentar las preocupaciones de una manera diferente? 
  • Convierta el desarrollar perspectiva en su meta personal y utilice el Generador de Preguntas Potenciadoras para alcanzarla.
Ahora que ha dado el primer paso en el Camino al Cambio©, el siguiente paso es ir del Cuento al Coaching©, ---> ¿se atreve? <---

Si conoce a alguien que pueda beneficiarse del Camino al Cambio©, compártale este mensaje u obséquiele una de nuestras  Tarjetas de Regalo.

Hasta la próxima entrega,

Coach Alexander Madrigal

martes, 12 de diciembre de 2017

El Vuelo del Halcón

Para quienes están en el Camino al Cambio y pueden descubrir que tienen alas cuando les cortan las ramas, les narró el Coach el siguiente cuento:


“Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.

Pasado unos meses, el maestro le informó al rey  que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro, no sabía que le sucedía pues no se había movido de la rama donde lo dejó, desde el día que llegó.

El rey mandó a llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacerlo volar.

Al día siguiente el monarca decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a  la persona que hiciera volar al halcón.

A la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su corte:

—Traedme al autor de este milagro. Su corte le llevó a un humilde campesino. El rey le preguntó:

—¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres acaso un mago? 

Intimidado el campesino le dijo al rey:

 —Fue fácil, mi Señor, sólo corté la rama y el halcón voló, se dio cuenta de que tenía alas y echó a volar.”

Del Cuento al Cambio©
  • ¿Cuáles son las ramas en las que usted se posa o se ha posado para no enfrentar el vuelo?
  • ¿Quién o qué puede cortar esas ramas para que usted se de cuenta de los recursos que posee para volar?
  • ¿Cuáles son las alas que usted tiene?
  • ¿Cuáles áreas de su vida personal, de pareja o familiar podrían beneficiarse si “echara a volar” en vez de “andarse por las ramas”
  • ¿Cuáles de sus fortalezas de carácter podría utilizar para dejar las ramas y echar a volar?
  • Convierta el “echar a volar” en su meta personal y utilice el Generador de Preguntas Potenciadoras para alcanzarla.
Ahora que ha dado el primer paso en el Camino al Cambio©, el siguiente paso es ir del Cuento al Coaching©, ---> ¿se atreve? <---

Si conoce a alguien que pueda beneficiarse del Camino al Cambio©, compártale este mensaje u obséquiele una de nuestras  Tarjetas de Regalo.

Hasta la próxima entrega,

Coach Alexander Madrigal

martes, 5 de diciembre de 2017

El Camaleón y el Arcoiris


Para aquellos que pueden aprender a Apreciar la Belleza en el Camino al Cambio, les narró el Coach el siguiente cuento:


Un camaleón orgulloso, que se burlaba de los demás por no cambiar de color como él, pasaba el día diciendo: ¡Que bello soy!. ¡No hay ningún animal que vista tan señorial!. Todos admiraban sus colores, pero no su mal humor y su vanidad.

Un día, paseaba por el campo, cuando de repente, comenzó a llover. La lluvia, dio paso al sol y éste a su vez al arco iris. El camaleón alzó la vista y se quedó sorprendido al verlo, pero envidioso dijo: ¡No es tan bello como yo!.

¿No sabes admirar la belleza del arco iris?: Dijo un pequeño pajarillo que estaba en la rama de un árbol cercano. Si no sabes valorarlo, continuó, es difícil que conozcas las verdades que te enseña la naturaleza. ¡Si quieres, yo puedo ayudarte a conocer algunas!. ¡Está bien!: dijo el camaleón.

Los colores del arco iris te enseñan a vivir, te muestran los sentimientos.
El camaleón le contestó: ¡Mis colores sirven para camuflarme del peligro, no necesito sentimientos para sobrevivir!.

El pajarillo le dijo: ¡Si no tratas de descubrirlos, nunca sabrás lo que puedes sentir a través de ellos!. Además puedes compartirlos con los demás como hace el arco iris con su belleza.

El pajarillo y el camaleón se tumbaron en el prado. Los colores del arco iris se posaron sobre los dos, haciéndoles cosquillas en sus cuerpecitos.

El primero en acercarse fue el color rojo, subió por sus pies y de repente estaban rodeados de manzanos, de rosas rojas y anocheceres.

El color rojo desapareció y en su lugar llegó el amarillo revoloteando por encima de sus cabezas. Estaban sonrientes, alegres, bailaban y olían el aroma de los claveles y las orquídeas.

El amarillo dio paso al verde que se metió dentro de sus pensamientos. El camaleón empezó a pensar en su futuro, sus ilusiones, sus sueños y recordaba los amigos perdidos.

Al verde siguió el azul oscuro, el camaleón sintió dentro la profundidad del mar, peces, delfines y corales le rodeaban. Daban vueltas y vueltas y los pececillos jugaban con ellos.

Salieron a la superficie y contemplaron las estrellas. Había un baile en el cielo y las estrellas se habían puesto sus mejores galas. El camaleón estaba entusiasmado.

La fiesta terminó y apareció el color azul claro. Comenzaron a sentir una agradable sensación de paz y bienestar. Flotaban entre nubes y miraban el cielo.

Una nube dejó caer sus gotas de lluvia y se mojaron, pero estaban contentos de sentir el frescor del agua. Se miraron a los ojos y sonrieron.

El color naranja se había colocado justo delante de ellos. Por primera vez, el camaleón sentía que compartía algo y comprendió la amistad que le ofrecía el pajarillo. Todo se iluminó de color naranja. Aparecieron árboles frutales y una gran alfombra de flores.

Cuando estaban más relajados, apareció el color añil, y de los ojos del camaleón cayeron unas lagrimitas. Estaba arrepentido de haber sido tan orgulloso y de no valorar aquello que era realmente hermoso.

Pidió perdón al pajarillo y a los demás animales y desde aquel día se volvió mas humilde.

Del Cuento al Cambio©

  • Si pudiera asignarle a sus emociones cada uno de los colores mencionados en el cuento y cambiar sus emociones como el camaleón cambia de colores, ¿cuál sería su color preferido? ¿Cuál sería el menos preferido?
  • ¿Cuáles son los defectos del carácter del camaleón mencionados en el cuento?
  • ¿Con cuál de esos defectos podría usted identificarse?
  • ¿Cómo podría el aprecio por la belleza ayudarle a transformar ese defecto en una fortaleza?
  • ¿Qué áreas de su vida ha tratado usted de "camuflar" y cómo? 
  • ¿Cuáles áreas de su vida personal, de pareja o familiar podrían beneficiarse si incluye en ellas el aprecio por la belleza?
  • ¿Además de la humildad, qué otras fortalezas de carácter puede utilizar para aprender a apreciar la belleza a su alrededor?

Convierta el aprecio por la belleza en su meta personal y utilice el Generador de Preguntas Potenciadoras para alcanzarla.

Ahora que ha dado el primer paso en el Camino al Cambio©, el siguiente paso es ir del Cuento al Coaching©, ---> ¿se atreve?

Si conoce a alguien que pueda beneficiarse del Camino al Cambio©, compártale este mensaje u obséquiele una de nuestras  Tarjetas de Regalo.

Hasta la próxima entrega,

Coach Alexander Madrigal

miércoles, 29 de noviembre de 2017

La Libreta de la Vida

Para quienes pueden aprender a vivir la vida intensamente en el Camino al Cambio, les narró el Coach el siguiente cuento:

 

“Un día un hombre llegó a un lugar bello pero también misterioso que le llamó mucho la atención. El hombre entró a aquella colina y caminó lentamente entre los árboles y unas piedras blancas. Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de este paraíso multicolor.

Sobre una de las piedras, descubrió aquella inscripción: “Aquí yace Abdul Tareg, vivió cinco años, seis meses, dos semanas y tres días”.

Se sobrecogió un poco al darse cuenta que esa piedra no era simplemente una piedra, era una lápida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estuviera enterrado en ese lugar. Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta que la piedra de al lado tenía también una inscripción. Se acercó a leerla; decía: “Aquí yace Yamin Kalib”, vivió tres años, ocho meses y tres semanas.

El hombre se sintió terriblemente abatido. Ese hermoso lugar era un cementerio y cada piedra, una tumba. Una por una leyó las lápidas; todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que más le conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los seis años.

Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio, que pasaba por ahí, se acercó. "¿Qué pasa con este pueblo? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar?”, le preguntó al cuidador.

El anciano respondió: "Puede usted serenarse. Lo que sucede es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta. Y es tradición entre nosotros que a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y comience a anotar en ella: a la izquierda, qué fue lo disfrutado en los pequeños y grandes detalles... a la derecha, cuánto tiempo duró el gozo interior, la felicidad, a pesar de las adversidades. Las tumbas que usted ve aquí, no son de niños, sino de adultos; y el tiempo de vida que dice la inscripción de la lápida, se refiere a la suma de los momentos que duró la verdadera felicidad de cada una de las personas que descansan en este lugar”.

“Así pues –prosiguió el anciano dando una palmada en la espalda de su interlocutor-, cuando alguien muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba, porque es, amigo caminante, el único y verdadero tiempo vivido”.

Del Cuento al Cambio©
  • ¿En qué le permite este cuento enfocarse específicamente?
  • ¿Qué sentimientos le genera y cuáles escoge?
  • ¿En qué momento de su vida le enfoca este cuento: presente, pasado o futuro?
  • ¿En quién le enfoca el cuento, en usted o en otros?
  • ¿Qué significado le da usted a este cuento?
  • ¿Le lleva este cuento al final o al principio de algo?
  • ¿Le ofrece el cuento una recompensa o un castigo?
  • ¿Le invita a avanzar o a renunciar?
  • Si anotara en una libreta los momentos de su vida que ha disfrutado intensamente a partir de sus 15 años, ¿Qué edad tendría usted al día de hoy?
  • ¿Cuáles áreas de su vida personal, de pareja o familiar podrían beneficiarse si incluye en ellas el deseo de vivirlas con intensidad?
  • ¿Además del entusiasmo, qué otras fortalezas de carácter puede utilizar para aprender a vivir la vida intensamente?

Convierta el vivir la vida con intensidad en su meta personal y utilice el Generador de Preguntas Potenciadoras para alcanzarla.

Ahora que ha dado el primer paso en el Camino al Cambio©, el siguiente paso es ir del Cuento al Coaching ©, ---> ¿se atreve?

Si conoce a alguien que pueda beneficiarse del Camino al Cambio©, compártale este mensaje u obséquiele una de nuestras  Tarjetas de Regalo.


Hasta la próxima entrega,

Coach Alexander Madrigal

martes, 21 de noviembre de 2017

El Comprador de Gratitud

Para aquellos que pueden aprender a practicar la Gratitud en el Camino al Cambio, les narró el Coach el siguiente cuento:


Hace mucho tiempo, en un lejano reino de China, vivía un ministro llamado Mong. Un día se presentó en su palacio un joven muchacho que buscaba trabajo.

- ¿Qué sabes hacer? –le preguntó el ministro.

-Nada, señor –respondió el joven-. Pero aprenderé lo que sea necesario. Soy honrado y os serviré con lealtad.

A Mong le gustó la seguridad del joven y decidió contratarlo. Ordenó que le dieran una habitación, ropas adecuadas, suficiente comida y un pequeño sueldo.

Tiempo después, llegaron a palacio noticias sobre la lejana aldea de Sue. Los vecinos llevaban años sin pagar sus impuestos y la deuda contraída sumaba una importante cantidad. Además, tres enviados del ministro habían tenido que huir porque los habitantes de la aldea amenazaban con matarlos.

– ¿Por qué no dejáis que vaya yo a la aldea? – le rogó el joven sirviente al ministro.

– Es una misión muy peligrosa –respondió Mong. ¿Sabes que arriesgas tu vida?

– Si, señor. Pero ya es hora de que yo corresponda a vuestra generosidad.

El ministro Mong accedió a los ruegos del joven y ordenó que prepararan todo lo necesario. Antes de irse, el muchacho se presentó ante el ministro y le preguntó:

– ¿Queréis que os traiga algo de aquel lejano lugar?

– No necesito nada. Pero, si quieres, antes de partir, mira en el palacio si me falta algo y tráemelo.

El joven dio una vuelta por el palacio para ver qué le faltaba al ministro y luego partió hacia la aldea. Cuando llegó allí, los vecinos le recibieron con cara de pocos amigos.

El joven habló con los vecinos, examinó sus deudas y después dijo:

-Mi señor ha decidido perdonaros lo que debéis. Estáis libres de cargas.

- ¡Que la fortuna acompañe a nuestro dadivoso señor! –exclamaron los vecinos.

Cuando días después el joven regresó a palacio, el ministro le mandó llamar y le preguntó si había cobrado las deudas.

-Pues… veréis, señor –contestó el joven-. Después de mirar en el palacio comprendí que erais un hombre inmensamente rico, pero que había una cosa que no teníais: el cariño y el agradecimiento de la gente. Por eso decidí perdonar las deudas y traeros a cambio este regalo: la gratitud de todo un pueblo.

El ministro Mong no supo qué decir. Desde luego, aquel muchacho tenía toda la razón, aunque por su culpa había perdido una importante suma de dinero. Ante el asombro de todos, Mong decidió perdonar al joven sirviente y olvidar lo ocurrido.

Pasados los años, una terrible invasión obligó a Mong a abandonar su palacio y a huir.

-No os preocupéis, señor –dijo el joven sirviente-. Iremos a un lugar en el que seremos bien recibidos.

Y el muchacho llevó a Mong a la aldea de Sue. Cuando llegaron allí, los vecinos lo recibieron entre aclamaciones.

-No hemos olvidado lo que hiciste por nosotros –dijeron los vecinos-.

¡Te debemos gratitud eterna, señor Mong!

Y así fue como Mong pudo pasar el resto de sus días en aquella pequeña aldea, gracias al regalo que años atrás le había hecho su joven sirviente: el cariño y la gratitud de todo un pueblo.

Del Cuento al Cambio©
  • ¿Qué reflexión o idea le provoca este cuento?
  • ¿Qué aplicación le ve para su vida personal, familiar, laboral, etc.?
  • ¿Cómo puede aplicar lo aprendido en este cuento?
  • ¿Cómo se parece este cuento a lo que vive usted cotidianamente?
  • ¿Con cuál personaje o elemento del cuento se identifica usted más y por qué?
  • ¿Cómo se ve o se trata usted, a la vida o a los demás desde este personaje o elemento del cuento?
  • ¿Cuáles áreas de su vida personal, de pareja o familiar podrían beneficiarse si incluye en ellas la gratitud?
  • Además de la gratitud, qué otras fortalezas de carácter puede utilizar para cambiar la actitud de otros hacia usted?

Convierta la Gratitud en una meta y utilice el Generador de Preguntas Potenciadoras para avanzar hacia esa meta.

Ahora que ha dado el primer paso en el Camino al Cambio©, el siguiente paso es ir del Cuento al Coaching ©, --à ¿se atreve?

Si conoce a alguien que pueda beneficiarse del Camino al Cambio©, compártale este mensaje u obséquiele una de nuestras  Tarjetas de Regalo.


Hasta la próxima entrega,


Coach Alexander Madrigal

miércoles, 15 de noviembre de 2017

El Coleccionista de Insultos


Para aquellos que pueden aprender a usar el Autocontrol en el Camino al Cambio, les narró el
Coach el siguiente cuento:

Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.

Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.

Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
—¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros?

El viejo samurai repuso:
—Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?
—Por supuesto, a quien intentó entregarlo —respondió uno de los discípulos.
—Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos —añadió el maestro—. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.

Del Cuento al Cambio©
  • ¿Cuáles son algunos de los “regalos” no solicitados que otras personas han querido darle?
  • ¿Cómo reacciona usted a las críticas, insultos, o toxicidad en las palabras o acciones de otros?
  • ¿Cómo puede cambiar las emociones negativas en positivas?
  • ¿Cuáles áreas de su vida personal, de pareja o familiar podrían beneficiarse si incluye en ellas el Autocontrol?
  • ¿Además del Autocontrol, qué otras fortalezas de carácter puede utilizar para rechazar los “regalos” no solicitados de otros?


Convierta el desarrollo o uso del Autocontrol en una meta y utilice el Generador de Preguntas Potenciadoras para avanzar hacia esa meta.

Ahora que ha dado el primer paso en el Camino al Cambio©, el siguiente paso es ir del Cuento al Coaching©, ---> ¿se atreve?

Si conoce a alguien que pueda beneficiarse del Camino al Cambio©, compártale este mensaje u obséquiele una de nuestras  Tarjetas de Regalo.

Hasta la próxima entrega,

Coach Alexander Madrigal

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Vacíate para Llenarte


Para aquellos que pueden aprender a usar la humildad en el Camino al Cambio, les narró el
Coach el siguiente cuento:

Un profesor de una prestigiosa universidad, muy respetado y temido por sus alumnos debido a su gran dominio de los más diversos temas y su carácter autoritario, viajó una vez a Japón a entrevistarse con un famoso sabio que vivía retirado en una modesta casa de campo, dedicado al estudio y la escritura.

El profesor en cuestión, estaba acostumbrado a tener la última palabra en todo y desechaba frecuentemente las opiniones de los demás, a quienes intimidaba con su inmensa erudición, su petulancia y su arrogancia.

En cuanto llegó a la casa del sabio, el profesor empezó a hablar del tema que iba a ser tratado en la visita. Hablaba sin parar, citando frases de famosos personajes a cada momento, refiriéndose a los innumerables libros que había leído y a las muchas conferencias que había dictado acerca de ese y otros tantos temas.

El sabio aprovecho una pausa en el monologo del profesor para preguntarle si le apetecía una taza de té este le dijo que si y continuó su perorata.

Mientras el profesor hablaba, el sabio se dedicó a llenarle su taza.

Comenzó echando el té poco a poco, primero hasta la mitad y luego hasta el borde de la taza, Pero al llegar allí no se detuvo, sino que siguió echando té y más té, con toda la naturalidad del mundo, hasta que el líquido desbordó también el plato, y, comenzó a manchar el mantel, todo esto lo hacía sonriendo y escuchando al profesor, como si no pasara nada.

El profesor no se dio cuenta al principio, pues estaba demasiado entretenido escuchándose hablar a si mismo, pero en cuanto se percató, después de un buen rato, quedó estupefacto.

-LA TAZA ESTA LLENA!!!..YA NO LE CABE MAS!!- gritó

-Lo mismo te pasa a ti- le dijo el sabio, con tranquilidad.

-Tú también estas lleno de toda tu erudición, de todos los autores que citas, de todos los libros que has leído, de tus propias opiniones y tus ideas acerca de todo... ¿Cómo vas a poder escucharme o aprender algo de lo que yo puedo enseñarte, si antes no vacías la taza?... 

Impresionado por esta lección que le acababa de dar este hombre, el profesor se propuso tener en cuenta, a partir de ese momento, la sabiduría de sus contemporáneos.

Del Cuento al Cambio©
  • ¿Qué creencias limitantes tiene en relación a la palabra “humildad”? Note frases como “me temo que…”, “yo siempre…”, “yo nunca…”, “yo debería…”, “los demás deberían…”, “la vida debería…”, etc.
  • ¿Son creencias recibidas de otras personas o son propias? ¿Cómo llegaron a usted?
  • ¿Con qué frecuencia se encuentra repitiendo estas creencias o pensamientos?  
  • ¿Cómo le han estancado estas creencias en su vida personal, familiar o de pareja?
  • ¿Qué le han costado esas creencias?
  • ¿Con qué otras creencias más positivas, u opuestas a las que le limitan, puede reemplazar las que ahora tiene?
  • ¿Cuáles áreas de su vida personal, de pareja o familiar podrían beneficiarse si incluye en ellas la humildad?
  • ¿Además de la humildad, qué otras fortalezas de carácter puede utilizar para “vaciar la taza” y abrir espacio para nuevas opciones?
Para otras preguntas aleatorias le sugiero mi generador de preguntas potenciadoras en http://preguntaspotenciadoras.blogspot.com/

Ahora que ha dado el primer paso en el Camino al Cambio©, el siguiente paso es ir del Cuento al Coaching©, ===> ¿se atreve?

Si conoce a alguien que pueda beneficiarse del Camino al Cambio©, compártale este mensaje u obséquiele una de nuestras  Tarjetas de Regalo.


Hasta la próxima entrega,

Coach Alexander Madrigal