jueves, 22 de diciembre de 2016

Velas de Navidad







La temporada navideña despierta en muchas personas sentimientos como  la compasión, el amor y el deseo de ayudar a los demás.

El compartir regalos con familiares y amigos es una manifestación material de esos profundos sentimientos que albergamos en nuestros corazones.

En su poema “Encenderé Velas esta Navidad”, Howard Thurman nos ofrece una lista de otros regalos  que podemos hacernos a nosotros mismos y a los demás en esta Navidad.

Encenderé velas esta Navidad,
Velas de Gozo a pesar de la tristeza,
Velas de Esperanza donde abunda el desaliento,
Velas de Valor para acallar los temores,
Velas de Paz para los días tempestuosos,
Velas de Gracia para aliviar la carga,
Velas de Amor para inspirar mi propia vida,
Velas que alumbren el año entero.

“Cuando el canto de los ángeles se acalla,
cuando la estrella celestial desaparece,
cuando reyes y príncipes emprenden el regreso,
cuando los pastores vuelven a sus rebaños,
es cuando la obra de la Navidad comienza:
buscar al perdido,
sanar al herido,
alimentar al hambriento,
liberar al esclavo,
reconstruir las naciones,
restablecer la paz con los demás,
hacer música en el corazón”.

Ejercicio de Aplicación

El poema presenta una lista de 6 virtudes: Gozo, Esperanza, Valor, Paz, Gracia (Consideración) y Amor;  y 7 acciones: Buscar, Sanar, Alimentar, Liberar, Reconstruir, Restablecer la Paz y Hacer Música.  

Para cada acción piense en pasos específicos que puede dar utilizando cada una de las virtudes de las lista.

Ejemplo:

Acción: Buscar al perdido. Trataré de restablecer la relación con un familiar con el que dejé de hablar por malos entendidos. Lo que se perdió aquí fue la relación familiar.

Gozo: Voy a cambiar por gozo los sentimientos negativos que he tenido hasta ahora
Esperanza: Voy a tener una visión más positiva de los resultados del encuentro
Valor: Dejo el temor a un lado y enfrento la situación
Paz: Ante cualquier discordia o resurgimiento del conflicto voy a mantener la calma
Gracia: Llegaré con un regalo, o estaré dispuesto a hacer un favor, o me mostraré considerado con lo que exprese la otra persona
Amor: Dejaré que este sentimiento me inunde completamente, buscaré las razones para amar a mi familiar, y le haré saber que le amo por esto.

Ahora es su turno. Tome una acción de la lista o cualquier otra acción con la que usted se identifique hoy y piense en pasos específicos para completar esa acción usando cada una de las 6 virtudes.



Si desea ampliar el ejercicio con una lista de 24 virtudes o fortalezas le invito a completar el Inventario de Fortalezas en http://alexandermadrigal.pro.viasurvey.org/Account/Register

lunes, 12 de diciembre de 2016

Libre del Encierro



Algunas personas ven los momentos de crisis en sus vidas como una prisión que las encierra.

Esas crisis pueden ser abstractas, como las dudas o el dolor existencial, la frustración, la incertidumbre o en el vacío de una vida sin propósito; o pueden ser situaciones más concretas como un divorcio, una infidelidad o la pérdida de un trabajo.

Es importante aprender que la crisis del momento que nos puede hacer sentir encerrados, prisioneros, o sin salida, tiene que ver solamente con esa circunstancia en particular pero no con la totalidad de nuestro ser.

Esto nos plantea la posibilidad de elegir qué tanto de nosotros queremos mantener en la oscuridad del encierro y liberar todo aquello que podamos para que esa sensación de libertad nos inunde y nos ayude a superar esa circunstancia que interpretamos como una prisión.

Para lograr esto es necesario utilizar la crisis que sentimos que aprisiona como una oportunidad de introspección, libres hacia adentro, en una búsqueda interna, un momento de detención del paso del tiempo para aprender de la experiencia que estamos atravesando.

Porque lo que nos encierra realmente, lo que nos limita, además de la creencia de estar prisioneros, es también el permitir que esa sensación de encierro se transfiera a las fortalezas de nuestro carácter, todo aquello que nos hace fuertes y libres, como la esperanza, el gozo, el optimismo o la fe.

Cuando se ve la crisis como un encierro, como una cárcel, nuestro cerebro puede producir imágenes relacionadas con esa comparación y esas imágenes nos limitan, y nos quitan la libertad de encontrar soluciones.

Cuando vemos la crisis como un encierro se desarrolla falta de visión, de empuje, de propósito; porque una cárcel es oscura y allí los ojos no pueden ver claramente.

Cuando vemos la crisis como un encierro, se desarrollan pasos faltos de firmeza, sin convicciones, ni seguridad; porque una cárcel es pequeña y allí los pies no pueden caminar libremente.

Cuando vemos la crisis como un encierro, nos contaminamos, nos volvemos insensibles, ajenos a lo esencial, desconectados de lo profundo; porque una cárcel es sucia y allí la ropa y la piel se contaminan.  

Cuando vemos la crisis como un encierro, desarrollamos falta de percepción e incapacidad de recibir la verdad; porque una cárcel es aislada y allí los oídos se afectan por el silencio rutinario.   

Cuando vemos la crisis como un encierro, la vida se nos va de las manos, ya no hay gozo ni entusiasmo en el corazón; porque una cárcel es un ambiente de muerte y allí la esperanza desfallece.  

Cuando vemos la crisis como un encierro, nos empobrecemos, nos faltan los recursos, y nos olvidamos que nos tenemos a nosotros mismos; porque en una cárcel hay carencias, allí el alimento y el agua faltan.

Ejercicio de aplicación:

Cuando esté  frente a una crisis no use la metáfora de la cárcel para explicar lo que le sucede.

En cambio, siga los siguientes pasos:
1.- Vea más allá de lo aparente

2.- Camine un paso extra hacia adelante

3.- Sienta la libertad de su ser y no el aparente encierro del problema

4.- Preste atención a la enseñanza que recibe en medio de la experiencia.

5.- Reviva el gozo y la esperanza

6.- Alimente los recursos que posee o desarrolle nuevos
Si necesita ayuda en este proceso le ofrecemos nuestros programas de coaching para el desarrollo personal incluyendo el Programa de Coaching de Fortalezas

martes, 6 de diciembre de 2016

Preparación para el Cambio



Cuando estamos ante la expectativa de que algo bueno nos ocurra debemos recordar, como el agricultor que prepara el campo de cultivo, que lo que logremos será el resultado de la preparación que hagamos.

La preparación requerida es aquella que nos hace disponernos de una forma vigilante en todas las áreas de nuestra vida para no perder oportunidades.

La preparación vigilante abarca la idea de orden, disciplina, cambio de hábitos, nuevas maneras de hacer las cosas y esto incluye también nuestros pensamientos, emociones y acciones.

Un proverbio árabe resume esta idea con las siguientes palabras:

"Vigila tus pensamientos; se convierten en palabras. Vigila tus palabras; se convierten en acciones. Vigila tus acciones; se convierten en hábitos. Vigila tus hábitos; se convierten en carácter. Vigila tu carácter; se convierte en tu destino."

La preparación vigilante, usando la analogía del agricultor que prepara el campo de cultivo, consiste de seis acciones concretas que marcarán la diferencia entre obtener resultados que perduren o resultados que se consumen:

1.- Preparar el camino con surcos profundos (Profundizar)

Preparar el camino para que queden huellas profundas es la disposición en nuestro corazón de permitir ser transformados aún por la sola anticipación del encuentro con lo que esperamos.

Los surcos representan los ideales, los sueños, metas y aspiraciones que corren en la superficie de nuestro corazón.

La profundidad de los surcos determinará la profundidad de los anhelos.

2.- Enderezar las sendas con valor

Cuando vamos por el camino con miedo torcemos la realidad y aún nuestros pasos mismos se tuercen.

Enderezar las sendas con valor es desarrollar un corazón que ama y no uno que teme. Un corazón que ama no se tuerce por el miedo y lo bueno que esperamos en nuestra vida no debemos buscarlo por miedo o esperarlo con miedo.

3.- Rellenar los valles para que nazca el fruto

Los valles deben ser rellenados para que las semillas que sembremos no se pierdan en las hendiduras del terreno.

En un terreno con hendiduras, expuesto, no crece la semilla, lo que logre crecer no tendrá fuerza, no se producirán frutos.

Los frutos son importantes, estos reflejan nuestro carácter, nuestro compromiso, y nuestra entrega.

4.- Rebajar los montes y los collados con humildad.

Los montes y collados deben ser rebajados cuando hay cosas en nuestra vida que hemos levantado allí por orgullo.

El orgullo no permite la transformación. En todas nuestras acciones es necesario aprender la importancia de la humildad.

5.- Destorcer los caminos torcidos para que los árboles no se tuerzan y den fruto,  

En un camino torcido los árboles también se tuercen hasta inclinarse al suelo. Un árbol así solo puede ser cortado y el corte es en la raíz, porque ahí es donde está el problema de crecer torcidos: no hay raíces fuertes, hay debilidad, complacencia, falta de esfuerzo.

6.- Allanar las sendas para eliminar las asperezas en nosotros o en otros

La vida misma, con todo lo que ocurre a diario, nos presenta un contraste entre aquellas acciones ásperas que lastiman y las acciones llanas, lisas, que acarician o suavizan el corazón.

Ejercicio de Aplicación

Tome un área de su vida en la que desea realizar cambios. Puede ser un problema que quiere resolver, una decisión que debe tomar o situación que necesita enfrentar.
Tome cada una de las seis acciones presentadas en piense en formas específicas en que podría aplicar cada una de esas acciones al cambio que desea realizar.

Ejemplo:

Situación: Mejorar la comunicación con la pareja

Profundizar: Es crear surcos en el terreno, crear oportunidades para establecer vínculos que permitan la comunicación a través de temas, razones, motivos, eventos, circunstancias.

Enderezar: Es tener valor de corregir conductas, actitudes, tono de voz, o palabras usadas que tuercen la comunicación.

Rellenar: Es cubrir para proteger, es sensibilidad, aceptación, posponer, dejar a un lado lo que no es esencial.   

Rebajar: Es humildad, dejar atrás actitudes egoístas, pensar en el bienestar del otro.

Destorcer: Es corregir para producir, encontrar lo que limita el diálogo, superarlo, corregirlo.

Allanar: Es eliminar asperezas, crear oportunidades para la empatía, la comprensión, respeto, cariño, misericordia.

Estas seis acciones pueden ser fortalecidas a través de la conciencia que tengamos y la puesta en práctica de nuestras fortalezas de carácter.

Si desea más información sobre cómo utilizar las fortalezas del carácter para lograr cambios significativos en su vida visite: www.alexandermadrigal.com/fortalezasdelcaracter