lunes, 7 de noviembre de 2016

Las Llaves de la Felicidad




Las Llaves de la Felicidad
La felicidad es algo que todos buscamos, independientemente de nuestra formación, lugar de origen o posición socio-económica.

Sin embargo, cómo buscamos la felicidad es lo que va a determinar si la encontraremos o no.

No siempre las llaves que usamos para abrir las puertas de nuestra felicidad son las más apropiadas y necesitamos desarrollar una perspectiva más amplia para considerar nuevas opciones.

Muchas veces, nuestro concepto de felicidad está ligado a lo placentero, que es siempre temporal. Sin embargo, la verdadera felicidad tiene que ir más allá de lo placentero para que se vuelva permanente.

En el famoso mensaje de las Bienaventuranzas en Mateo 5:1-12, Jesús enseña acerca de las ocho llaves de la felicidad. La palabra bienaventuranza significa dicha, felicidad, prosperidad.

La búsqueda de la felicidad puede ser comparada a una puerta y cada Bienaventuranza puede ser comparada a una llave que nos permite abrirla.

Imagine por un momento el impacto que el uso de las llaves de las Bienaventuranzas puede tener si las usamos en las diferentes áreas de nuestra vida.

Imagine la transformación que tendrán las relaciones de pareja, de padres e hijos, en el trabajo, en la escuela o en la iglesia cuando se abran esas puertas con las llaves de las Bienaventuranzas a la hora de comunicarse y de resolver conflictos.

1.- La primera llave es la Sencillez y nos permite abrir la puerta que se ha cerrado por el orgullo.

La felicidad verdadera consiste en practicar la sencillez, el dejarnos asombrar por los pequeños detalles de la vida, el desarrollar una actitud expectante ante lo cotidiano, sin vanidad.

2.- La segunda llave es la Sensibilidad y nos permite abrir las puertas que se han cerrado por la dureza del corazón.

Podríamos creer erróneamente que si alguien sufre solo basta con un golpecito en los hombros y una sonrisa en los labios para calmarle el dolor pero no podemos ser felices cuando sonreímos y olvidamos el dolor de nuestra pareja, de nuestros hijos, de nuestros padres, o de las personas que están cerca de nosotros.

3.- La tercera llave es la Paciencia y permite abrir las puertas que se han cerrado por la impaciencia.

Como virtud, la paciencia nos permite esperar. Si cosechamos una fruta antes de tiempo está no podrá desarrollar todos los nutrientes necesarios. El tiempo de espera le permite madurar y cumplir su propósito. El paso del tiempo nos permite madurar y aprender a tomar las mejores decisiones.

4.- La cuarta llave es la Justicia y permite abrir las puertas que se han cerrado por la injusticia.

No podemos ser verdaderamente felices si no tenemos en nuestro corazón el anhelo por la justicia. Una vida feliz no consiste en vivir solo para nosotros y saciar nuestras propias necesidades y olvidarnos que otros también merecen la justicia de nuestros actos hacia ellos.

5.- La quinta llave es la Misericordia y permite abrir las puertas que se han cerrado por la ira, el enojo, la envidia, la rabia, el deseo de venganza o el odio.

A la hora de resolver problemas o hacer cambios en la vida, podemos olvidarnos de que al derribar una montaña a alguien le pueden caer los escombros.

Si pisoteamos a otros por salir adelante no mostramos misericordia y no recibiremos misericordia de Dios ni de los hombres.

No podemos ser verdaderamente felices si no actuamos con misericordia hacia nuestros semejantes y hacia los que no son tan semejantes a nosotros, incluyendo los animales.

6.- La sexta llave es la Pureza y permite abrir las puertas que se han cerrado por  pensamientos, acciones, intenciones o palabras malintencionadas.

Un corazón puro no solo es un corazón limpio sino un corazón lleno de pensamientos claros, acciones bondadosas, intenciones transparentes, y palabras edificantes.

7.- La séptima llave es la Paz y permite abrir las puertas que se han cerrado por la falta de reconciliación, perdón, armonía o equilibrio.

Esta llave es especialmente útil en un mundo donde la agresión, la discordia y la lucha por el poder parecieran ser los ingredientes principales de las interacciones con otros.

8.- La última llave es la Fidelidad y permite abrir las puertas que se han cerrado por la falta de compromiso en nuestras acciones.

Esta virtud es un llamado a reflexionar sobre el nivel de compromiso y entrega en nuestras relaciones o en nuestras causas.

Ejercicio de Aplicación:

1.- Haga una pausa y piense en esa puerta que usted quiere abrir, tal vez esa puerta que usted mismo ha cerrado en su relación de pareja, en su relación con sus hijos, con sus padres, con sus hermanos, con sus maestros, compañeros de escuela o trabajo, con sus hermanos en la iglesia, con usted mismo o con Dios. Puede ser en términos de un conflicto que quiere resolver, una situación que quiere cambiar o una decisión que debe tomar.

2.- Imagine ahora que está frente a esa puerta tratando de usar una de las llaves que ha usado antes en sus intentos de ser feliz. Reemplace esa llave con la llave de la Sencillez y explore las diferentes posibilidades que el uso de esta llave genera, expanda sus puntos de vista.

3.- Piense y/o anote cómo la llave de la Sencillez le puede ayudar en lo que quiere resolver, enfocándose en una solución.

4.- Piense en una acción específica que va a llevar a cabo para que la puerta que se había cerrado frente a usted se abra.

5.- Repita los pasos 2 al 4 con cada una de las llaves de la felicidad.

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